El sol y la luna se fundieron sin miedo en tus ojos y para encender a esos ojos el pecado es el que mas te ayuda, le agradezco a mi santo el de los que no se creen ninguna por haberme engañado otra vez y dejarme a tus pies como un ciego que busca y encuentra después de perderse hasta enloquecer…

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miércoles, 20 de enero de 2010


La fiebre de un sábado azul y un domingo sin tristezas. Esquivas a tu corazón y destrozas tu cabeza, y en tu voz, sólo un pálido adios y el reloj en tu puño marcó las tres. El sueño de un sol y de un mar y una vida peligrosa cambiando lo amargo por miel y la gris ciudad por rosas te hace bien, tanto como hace mal te hace odiar, tanto como querer y más. Cambiaste de tiempo y de amor y de música y de ideas Cambiaste de sexo y de Dios de color y de fronteras pero en sí, nada más cambiarás y un sensual abandono vendrá y el fin. Y llevas el caño a tu sien apretando bien las muelas y cierras los ojos y ves todo el mar en primavera bang, bang, bang hojas muertas que caen, siempre igual, los que no pueden más se van.

7 comentarios:

  1. Acabo de comentar en tu otro post jaja pero este me dejo realmente sorprendida. Me está gustando muchísimo tu blog =)

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  2. Que lindo tu blog.
    Gracias por pasar, y si espero que alguien sane mi corazón pronto, jaja.

    saludos :)

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  3. Buena forma de narrar un tiro en la sien, muy buen relato.
    Un saludo

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  4. Me gusto tu narracion y espero no te moleste que este aqui invadiendo tu mundo...
    A veces quisiera que el reloj no avanzara... por cierto en tu post anterior tienes la razón a veces a los hombres les cuesta mas decir que sienten o que quieren pero la verdad es que no siempre son solo ellos a veces las mujeres tambien tenemos ese momento de declibe en el que no sabemos ni que onda....


    saludos te sigo

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  5. jaja me gustó la entrada anterior!!

    beso =)

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