El sol y la luna se fundieron sin miedo en tus ojos y para encender a esos ojos el pecado es el que mas te ayuda, le agradezco a mi santo el de los que no se creen ninguna por haberme engañado otra vez y dejarme a tus pies como un ciego que busca y encuentra después de perderse hasta enloquecer…
Brisa de otoño, trayendo hojas muertas, que no están tan muertas, hojas que invaden al Sol, que aparentaba estar allá brillando y que nada lo iba a apagar. Caminos inciertos.
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