El sol y la luna se fundieron sin miedo en tus ojos y para encender a esos ojos el pecado es el que mas te ayuda, le agradezco a mi santo el de los que no se creen ninguna por haberme engañado otra vez y dejarme a tus pies como un ciego que busca y encuentra después de perderse hasta enloquecer…

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sábado, 17 de noviembre de 2012

Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir

Ella vivía en un cuento de hadas, tratando de escapar de la realidad en la que estaba inmersa. Ella creía que su mundo era el único en el que podria ser feliz. No se interesaba por la actualidad, y poco le importaba los acontecimientos políticos, económicos, culturales de su país.
Ella se escapa de la realidad, cumpliendo sus deseos en la fantasía, crea su propia historia, no bajando a la verdadera.
No lograba entender porque alla arriba, en el mundo de las fantasías ella se sentía mejor, no se realmente que estaba tratando de evadir, quizás era porque le tenía miedo al partir.
Imaginaba que todo sufrimiento traería a la felicidad, que todo dolor, después, al fin y al cabo traería el objetivo, traería a su principe azul. Como Cenicienta, que debe tolerar un trato de gran desprecio y obligada a hacer las tareas más sucias; pero ella siempre manteniéndose dulce y serena, y solo con el surgimiento de su preciosa hada y sus palabras: "Tus deseos serán realidad", la Cenicienta lució vestida como una reina. Su llegada a la fiesta fue un suceso y el príncipe dejó a todas por bailar con ella.
La Bella Durmiente, destinada a vivir con el hechizo recibido, el cual a sus quince años dormiría para siempre, herida por la aguja de un telar. Esa herida mortal, no le ocaciono su muerte, pero dormiría por cien años. Sin embargo, fue un joven y valiente príncipe quien se propuso vencer la maldición. Ella era hermosa y estaba durmiendo. Sin poder contenerse se acercó hasta su lecho y besó tiernamente sus mejillas. La Bella Durmiente miró a los ojos de su héroe y entendió que lo amaba.
La Bella y la Bestia, en la que Bella al ser la menor de las hermanas, realizaba los trabajos  de la casa y se sentía muy bien porque con esto ayudaba a su padre caído. Ella solo le pidio a su padre que le traiga una rosa de su viaje, y Bella terminara siendo esclava de una horrible criatura. Bella se dió cuenta que, a pesar de lo feo que era la Bestia le agradaba, pero huía de él si quería hablarle de amor. Hasta que lo beso y supo que lo amaba, y alli se terminará convirtiendo en un príncipe azul.
Así, ella pensaba. Vivía su propia historia de hadas, escapando de las cosas buenas que surgían desde un comienzo, porque le era necesario sufrir primero. (Primero hay que saber sufrir, después amar, después partir).
Sufría, amaba. Pero no le gustaba ni quería el partir. Por eso sólo se quedaba en el sufrir.

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