El sol y la luna se fundieron sin miedo en tus ojos y para encender a esos ojos el pecado es el que mas te ayuda, le agradezco a mi santo el de los que no se creen ninguna por haberme engañado otra vez y dejarme a tus pies como un ciego que busca y encuentra después de perderse hasta enloquecer…

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miércoles, 4 de diciembre de 2013

Dos en uno. Interferencias raras.

¿Cómo puede ser que me alboroten tus placeres?


Empezemos a pensar, empezemos a hacer asociación libre por escrito, ¿qué me alborota?.
Quizas es porque es un Ideal (en parte), el reservorio de palabras, la frialdad, la capacidad para manejarse..¿se sentirá bien?, no lo sé, pero aparenta serlo.
Quizas sea la imposibilidad, imposibilidad que su realidad psíquica comparta algo con la mía..¿será imposible?
O tal vez la insatisfacción, como la batería del BlackBerry, nunca es suficiente. ¿Mi estructura histérica?
Puede ser que no sea cuestión de algo muy racional, y su alma se relaciono con la mía algún tiempo atrás y seamos nada más ni nada menos que una reencarnación de un amor no posible. ¿Muy abstracto?


No encuentro más motivos para pensar el porque de este mar de preguntas y sentimientos. No me gusta pensar, detesto pensarte, amo estarte.
Espero algún día contestar mis preguntas. Sino, morirán en la nada, junto con mis alborotos.


Qué linda es tu risa, como llena mi ser, como tus comisuras se borran con el color del aire y veo sólo un sentimiento, el amor, la energia de tu ser, que se ilumina en tus pupilas y hacen crecer as mías.
Amo cada instante donde puedo contemplar de cerca esa fugacidad, donde te olvidas por un segundo de quien sos, de quienes somos. Ese instante que para mi es eterno, que lo hago perdurar por horas, días. Un instante que son huellas imborrables.

Es ese momento donde las venas se me electrizan, dejando a la sangre en no sé que lugar, dónde el corazón se acelera, o quizás deja de bombear para tratar, tal vez, de morir en el intento. De morir ahí, en ese lugar dónde ya nada parece importarme. Es ahí donde las palabras e historias nada valen, dónde la razón no tiene lugar, dónde no existe el pasado, el lugar, ni edad de dónde y cómo nos conocimos. Ese momento en el que sólo importa que abras mi cabeza, observes estas palabras, me observes por dentro y veas cuánto te quiero, y a su vez, abrirte tu cabeza y ver tus pensamientos, pero tu intriga, ay! Que seductora que es. Son puertas y puertas abiertas, cerradas, que no dejan ver lo que hay tras ellas. A veces parecen iluminadas, a veces necesito entrar con velas, a veces directamente están cerradas. Pero son seductoras, y eso me atrae, a veces me olvido las velas y tropiezo, con la función de obstáculo de cada uno de tus nudos, que tanto en tanto intento desatar para ayudarte, para ayudarme, pero todo es en vano, o quizás algún día no lo sea.

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